Hoy he corrido por primera vez en una cinta de gimnasio. Conclusiones:
- Correr a 9 km por hora cansa
- Correr en cinta es aburrido
- Si ves la tele en un espejo cuesta leer los rótulos
- Bajarse de una cinta marea
Mi mejor marca en exterior: 45 minutos seguidos corriendo. Velocidad: desconocida, tirando a lenta
Mi mejor marca en interior: 30 minutos a 9 km/h
miércoles, 21 de noviembre de 2007
lunes, 19 de noviembre de 2007
Objetivos y decepciones
Hace un tiempo decidí que había encontrado la respuesta a cuál es el objetivo de mi vida: ser feliz. Pero me acabo de dar cuenta de que eso no es ningún objetivo. No cumple ninguno de los criterios básicos que te enseñan en cualquier curso de gestión. No es medible, ni simple, ni limitado en el tiempo y es cuestionable que sea alcanzable.
Así que ahora creo que no hay un objetivo en la vida, sino muchos objetivos. Y que el ser feliz depende de que seleccionemos los objetivos adecuados. Y no porque la felicidad se consiga al cumplirlos, sino porque se conseguirá al buscarlos.
A principios de año me planteé un objetivo profesional. Hoy he visto que no se ha cumplido. Enterarme ha sido una gran decepción. Pero la sensación de malestar se agrava porque ni siquiera tengo claro que haya disfrutado en la búsqueda.
Una amiga disfruta cantando. Tiene el objetivo de cantar en público. Ensaya y ensaya. Se lleva decepciones. Pero disfruta. Y eso es lo que se queda.
Yo ahora tengo el objetivo de correr un marathon. Me divierte hablar de ello, y hacer planes, y comprarme unas zapatillas y ver como cada día corro más tiempo y hacer este blog ... Debe ser un buen objetivo, ¿no?
Así que ahora creo que no hay un objetivo en la vida, sino muchos objetivos. Y que el ser feliz depende de que seleccionemos los objetivos adecuados. Y no porque la felicidad se consiga al cumplirlos, sino porque se conseguirá al buscarlos.
A principios de año me planteé un objetivo profesional. Hoy he visto que no se ha cumplido. Enterarme ha sido una gran decepción. Pero la sensación de malestar se agrava porque ni siquiera tengo claro que haya disfrutado en la búsqueda.
Una amiga disfruta cantando. Tiene el objetivo de cantar en público. Ensaya y ensaya. Se lleva decepciones. Pero disfruta. Y eso es lo que se queda.
Yo ahora tengo el objetivo de correr un marathon. Me divierte hablar de ello, y hacer planes, y comprarme unas zapatillas y ver como cada día corro más tiempo y hacer este blog ... Debe ser un buen objetivo, ¿no?
domingo, 18 de noviembre de 2007
La apuesta
La fiesta de celebración de mi 36 años terminó en uno de esos diálogos filosóficos sobre el querer y el poder. Yo defendía que uno puede hacer lo que quiera hacer. Y como ejemplo puse el que yo podría correr un maratón. Todos mis amigos dudaron de mi capacidad. La duda colectiva (y las cervezas que llevaba encima) me reafirmaron en mi posición y me aposté con mi mejor amigo a que si en 5 años no corría un maratón le pagaría un viaje a cualquier lugar del mundo que él eligiera y que si lo corría, sería él el que me pagaría el viaje. Y aquí estoy decidida a ganar la apuesta. Y a contarlo ...
Etiquetas:
apuesta,
fuerza de voluntad,
maratón
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