domingo, 18 de noviembre de 2007

La apuesta

La fiesta de celebración de mi 36 años terminó en uno de esos diálogos filosóficos sobre el querer y el poder. Yo defendía que uno puede hacer lo que quiera hacer. Y como ejemplo puse el que yo podría correr un maratón. Todos mis amigos dudaron de mi capacidad. La duda colectiva (y las cervezas que llevaba encima) me reafirmaron en mi posición y me aposté con mi mejor amigo a que si en 5 años no corría un maratón le pagaría un viaje a cualquier lugar del mundo que él eligiera y que si lo corría, sería él el que me pagaría el viaje. Y aquí estoy decidida a ganar la apuesta. Y a contarlo ...

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