lunes, 30 de junio de 2008

Expectativas

Teoría: Lo más importante de las expectativas es saber dimensionarlas correctamente. Y en caso de duda, cuanto más pequeñas sean, mejor. Sacándolo un poco de contexto, es como el budismo: si te elevas por encima de tus deseos hasta no tenerlos, encuentras la felicidad.

Lástima que yo fuera educada entre monjas católicas y no entre monjes budistas. Además de haber llevado un uniforme mucho más favorecedor, ahora no tendría esta frustación que se empieza a extender en todos los ámbitos de mi vida. A saber:

- no encuentro el piso que quiero. Rectifico, lo encontré pero no fui capaz de conseguirlo. Y por desgracia aquí aplica la educación católica sobre el remordimiento ...

- del trabajo mejor no hablar ... Cansada de pelear con reducciones, Portugal, politiqueos, cultura sueca, trepas y trepillas ... Qué ganas de mandarlo todo a paseo. De nuevo el catolicismo y su sentido de la responsabilidad y del bien y el mal ... Nada, que no puedo.

- vacaciones: no tengo planes y mejor no hablar al respecto ... porque lo peor es que todavía tengo esperanzas. Una vez más, ¡qué desgracia la de tener expectativas!

Igual se soluciona todo durmiendo algún día 8 horas seguidas ... Pero es que ya ni la melatonina me ayuda ... Siguiente opción: convertirme al budismo. Ooooom

miércoles, 16 de abril de 2008

Atardeceres

La semana pasada vi Caramel . Una espléndida película sobre la vida cotidiana de 5 mujeres en Beirut, en torno a una peluquería. La película está impregnada de un optimismo vital a prueba de las pequeñas y grandes tragedias que suceden todos los días. Me quedé con el personaje de Rose, una modista ya mayor que cuida a una anciana divertidamente trastornada y gruñona. Sin buscarlo, a Rose se le presenta la posibilidad de amar, probablemente la última de su vida. Rose va transformándose (casi floreciendo) según crece su ilusión hasta que decide que su obligación frente a la anciana no le permitiría disfrutar de ese amor. Y lo deja pasar. Quizás como muchos otros antes ... Que dura es la vida para esta mujer buena y sencilla que lleva años dejándose la vista y las manos en la máquina de coser y el corazón encerrado en casa.

Y sin embargo ...

Y sin embargo el final de la película es hermoso y optimista. Rose y la anciana pasean lentamente por las calles de Beirut en un bonito atardecer. Van cogidas de la mano y aunque se las ve de espaldas, quiero pensar que Rose, reconciliada con su destino, va sonriendo. Porque siempre, siempre, en el peor de los casos, aunque nos equivoquemos en nuestras decisiones, aunque tengamos mala suerte, aunque no encontremos la felicidad eterna, aunque nos perdamos buscando, siempre habrá días buenos y malos. Siempre habrá atardeceres de aire limpio que nos hagan sentir en paz con el universo. Y saber eso es reconfortante.

PS: Sí ya sé que no he hablado de kilómetros ni de carreras ni de entrenamientos ni de zapatillas. Ni siquiera he hablado de la lesión en mi obturador interno que me impide entrenar desde hace 2 meses. Pero el dueño del blog se reserva el derecho a cambiar el tema cuando le venga en gana :-)

miércoles, 2 de abril de 2008

The man I love



Bonita canción. Bonitas fotos.

jueves, 21 de febrero de 2008

Heráclito

Heráclito vs. Parménides. El devenir frente al ser. Según Heráclito, uno no se puede bañar dos veces en el mismo río porque el agua del río cambia constantemente ... Interpretaciones más modernas dicen que uno no se baña dos veces en el mismo río porque el río cambia, pero uno cambia más aún ...
Lo que sé es que hace un año ya de mi celebración de cumpleaños. Hace un año de mi apuesta. Y han cambiado tantas otras cosas a mi alrededor ... Una muestra de lo que ha pasado en el último año en mi entorno:
- A y B se conocen, se enamoran, B se cambia de ciudad, A y B se van a vivir juntos
- C tiene un trabajo en Madrid, termina un proyecto, le llevan a Burgos a vivir
- D y E llevan años viviendo juntos. Deciden casarse. Por la iglesia!
- F, amigo de toda la vida, decide cambiarse de trabajo y termina en mi empresa
- G y H se conocen, se enamoran, están felices. A H lo marean en su empresa y lo llevan a Granada, luego lo devuelven a Plasencia, luego lo traen a Madrid ... ¿dónde terminará?
- I conoce a J en internet. Desde entonces no sabemos nada de I :-)
- K, que trabajaba en mi empresa pero se cambió a otra resulta ser vecino de L, amigo de M, amigo de F, que es amigo mío. Me presentan a L y acabo encontrándome con K en el barrio de L.
- N está en trámites de divorcio
- O se ha divorciado
- el padre de P muere después de una larga enfermedad
- Q vuelve a vivir en Madrid después de trabajar unos años en Marbella
- R repite en los carnavales de Cádiz, pero después de la edición de este año ya viene acompañado a todas las reuniones de amigos :-)

Y yo? Pués también he tenido cambios. Pero un año más me sigo bañando en el río ...
Y un año más celebro mi cumpleaños en el Almería. Un año más con mis amigos. Aunque un año más, "nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos"

PS: Un minuto que pasa es irrecuperable. Conociendo esto, ¿cómo podemos malgastar tantas horas? - Gandhi

lunes, 11 de febrero de 2008

Impaciencia

De pequeña me decían que yo era la paciente, la cariñosa, la dulce, la sensible... Claro que estas cosas siempre ocurren por comparación y supongo que comparada con mi hermana, incapaz de dedicarle a un puzzle más de 10 minutos, me correspondían a mí esos adjetivos.

La verdad es que la paciencia no es una de mis virtudes. Detesto esperar. Detesto la espera física cuando alguien llega tarde y tampoco soporto la espera de acontencimientos. Por eso no me gusta planificar. Porque planificar es saber lo que va a pasar y esperar que pase. Y por eso me gusta acelerar las cosas, apurar las cañas o las copas de vino rápidamente, acelerar las conversaciones o las reuniones o las relaciones ...

Pero corriendo he descubierto que hay veces que acelerar sólo sirve para llegar antes, pero no más lejos. Que ir más deprisa te puede impedir llegar a dónde quieres. Que lo importante es saber elegir el ritmo en el que te sientas cómoda y seguir, seguir, seguir, seguir ...

Así que ahora creo que, a veces, esperar vale la pena. Aunque la espera me siga desesperando ...

domingo, 3 de febrero de 2008

Primeras veces y reincidencias

Hoy me he ido a correr al Retiro. Las distancias que tengo que correr según mi plan de entrenamiento van aumentando cada semana y mis recorridos habituales se me están quedando cortos. Así que, aunque llovía, aunque me podía buscar excusas de otros "deberes", aunque me apeteciera ir por sitios conocidos, aunque intuyera demasiadas cuestas ... me he ido al Retiro. Y como casi siempre que hago cosas por primera vez, me ha gustado. La primera vez tiene un componente de incertidumbre, una pizca de angustia, como el toque justo de angostura en un cóctel, que me estimula. Superada la primera vez, la repetición me aburre, me desmotiva. Lástima que no me pase lo mismo con mis errores. Ésos los repito una y otra vez. Como si sintiera el vértigo de volver a hacer lo incorrecto. Si como dice Shakespeare, el carácter es la mitad del destino, mi querencia por la novedad y mi insistencia en los errores no me auguraban un gran porvenir ... Y sin embargo, aquí estoy. Sigo haciendo cosas nuevas, sigo metiéndome en los mismos problemas.

miércoles, 23 de enero de 2008

Agotamiento

Agotada estoy. Y lo de menos es lo del maraton ... Estoy encerrada en un parque de atracciones tejano a mitad de camino entre el hotel de El Resplandor y el Neverland de Michael Jackson. Es largo de contar, pero sólo diré que estoy cansada de tantas dinámicas de grupo y de las pruebas y de sentirse observada constantemente y de la atención al 120% permanente...

Y obviamente también cansa el jet lag, y el hablar en inglés y el darle vueltas a la cabeza pensando en todas las cosas de mi vida en las que debería pensar y sacar alguna conclusión y después de la conclusión alguna acción, y después de la acción, alguna consecuencia... Y después pensar en lo curioso del azar y lo absurdo de planificar y decidir para que luego cambie la dirección del viento y ala! ya estamos en otra historia y con otros problemas y con otras decisiones que tomar.

Y bueno vale, también cansa lo de correr. Pero es que levantarse a las 6 (único momento del día que tengo libre para poder entrenar) para llegar a una cinta que te pregunta el peso en lbs, la distancia en miles y la velocidad en mph tampoco es que relaje demasiado ... En fin, que el entrenamiento esta semana es algo así como "so, so" que dirían por aquí, milla arriba, milla abajo.